top of page

Let’s talk

Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos.” — Viktor Frankl

Me presento con esta frase porque me acompañó durante uno de los momentos más importantes de mi vida: cuando decidí dar un giro y seguir el camino de la profesión de masajista. No fue una decisión impulsiva, sino una necesidad que fue creciendo en mí, como una semilla que pedía salir a la luz. Sentía que necesitaba conectar con algo más auténtico, más humano, y aportar bienestar real a las personas desde algo tan simple y profundo como el contacto y el cuidado.

Tu masajista personal

Foto tomada el día que sentí que ya no habría más días como aquél

Escuela de masajes Natura

No voy a mentir, no fue fácil. Empezar de nuevo siempre implica esfuerzo, dedicación y más de una duda por el camino, aunque también trae descubrimientos increíbles. A medida que me formaba en la escuela de masaje Natura, no solo aprendía técnicas, anatomía o protocolos… también me redescubría a mí mismo. Cada clase, cada práctica, cada pequeño avance, era una fuente de motivación. Me di cuenta de que no solo estaba aprendiendo una profesión, sino que estaba encontrando algo que me llenaba de verdad.

¿Y podéis creerlo? No había acabado mi formación cuando ya tenía todo un proyecto profesional en mente: ¡Había nacido EVAM sportmassage! Gracias al apoyo de mi familia y a la ayuda de mis amigos arranqué mi propio negocio al calor del grupo Unisana, en Colonia (Alemania), donde pude crear mi espacio privado y atender a mis clientes. Ya era una realidad, pero aún quedaban cosas por llegar...

Exterior de EVAM sportamassage
Interior de EVAM sportmassage
Wellnow
Wellnow

¡Ni el algoritmo podría haberlo previsto mejor! Al poco tiempo me encontraba en la biblioteca pública de Colonia y entre uno de los libros de anatomía que consultaba encontré un folleto que llamó mi atención. Wellnow llegaba a mí para proponerme una nueva visión del mundo del masaje. Dicho y hecho, a las dos semanas ya trabajaba con ellos y recorría las calles de la ciudad con mi camilla al hombro: aprendía y practicaba muchísimo, ya que llevar ambos proyectos era exigente, pero aún no sabía lo que significaba jugar con los mayores.

Para llegar al cielo no fue preciso morir, aunque sí pasar muchos nervios durante las dos entrevistas y la prueba de habilidad. Dentro de este gran proyecto llamado Mediterana es fácil sentirse abrumado: la exhaustiva atención al cliente, el ambiente internacional, trabajar en varios idiomas, no perderse entre las decenas de estancias..., pero también es un maravilloso escenario para seguir aprendiendo y, por qué no, tomarse un respiro para observar lo que se puede conseguir teniendo fe en uno mismo. Cuando alguien quiere algo, acaba consiguiendo lo que desea, me dijeron una vez.

Mediterana
Mediterana
Mediterana

A pesar de todo, había algo más que no terminaba de encajar en todo este maravilloso puzzle. Y es que después de muchos años en un país del que guardaré momentos difíciles e inolvidables sentí que la marisma, la jara y la luz empezaban a tirar de mí con más fuerza; sentí que se acercaba un cambio de ciclo y estaba preparado para lo que tuviese que venir. Así es, tras una etapa de más de 10 años fuera, todo empezó a cobrar sentido y nació Atlántica Wellness: un proyecto creado con mucho cariño y dispuesto a convertirse en una seña de identidad plenamente onubense.

Ahora ya sabéis un poco más de mí, de mis luchas y mis sueños; espero que poco a poco nos vayamos conociendo y haceros partícipes de este gran proyecto que inicio.

Vuestro ya para siempre

Elías

bottom of page